jueves, 13 de septiembre de 2012

Viaje Ávila


valle del Tiétar
valle del Tiétar

Ávila siempre me sorprende, tan pronto te encuentras en los altos parajes de la meseta, como te adentras en hermosos bosques de pinos en los diferentes puntos de la sierra de Gredos. El alojamiento en esta zona es fácil de encontrar ya que existen numerosas casas rurales por todo el valle. Yo me alojé en  una de esas casas rurales situada en la localidad de Arenas de San Pedro, he decidido hacer turismo por el valle del Tiétar deleitándome con la belleza mediterránea que le hace merecer el sobrenombre de "La Andalucía de Ávila".

El primer día decidí ir directamente hasta el Cerro Guisando para hacer una visita a los toros del mismo nombre.El paisaje me llama durante todo el viaje para hacer paradas en cada curva y cada pueblo que atravieso, pero me contengo y continúo hasta mi destino. Tras visita de turismo cultural a los toros, puedo volver sobre mis pasos y hacer cuantas paradas se me antoje.

¿Qué se me antojó? Las piscinas naturales que hay casi en cada pueblecito, es decir, ríos con pozas adecuadas para el regocijo de los bañistas. Hago una primera parada en la gran piscina de la Adrada donde encuentro a muchas personas tomando el sol o bañándose en el río que ha sido acondicionado para ello mediante presas de contención del agua. En Piedralaves, mi siguiente destino, el río conserva una estética más natural aunque no falta un chiringuito en el que tomar un refresco al pie del río. En cada parada adornan el paisaje numerosos castaños, nogales y pinos piñoneros que dan una
agradable sombra en la que echar la siesta tras un almuerzo de lujo en un entorno envidiable.

Tras el almuerzo una visita a las piscinas naturales de Casavieja, Lanzahíta y de vuelta a Arenas de San Pedro. No podía acabar el día dedicado a los ríos sin mojarme en las gélidas aguas del hermoso pueblo donde tengo el alojamiento.

Al día siguiente, bocadillo a la mochila y nevera bien cargada al maletero. El parque Regional de la Sierra de Gredos me ofrece vistas de escándalo, vegetación abundante y algún que otro animalillo despistado que se asoma entre los árboles. Las carreteras de montaña en esta zona están algo viejas
aunque yo, la verdad, no esperaba otra cosa, estas carreteras viejas que te obligan a bajar la marcha y disfrutar del paisaje, te invitan a parar, mirar y respirar una naturaleza que parece estar lejos de todo.

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